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Una mirada a la feria agropecuaria del Sandino (+Audio)

Jesús Álvarez López

Domingo, 05 Enero 2025 17:05

Ni siquiera Facebook con su revoltijo de opiniones se parece tanto al pueblo como la feria agropecuaria del Sandino, porque allí todo el mundo expone con su verdadero rostro, sus alegrías y amarguras, cada cual desde sus principios, su ética y su sentido de la vida.

Muchas veces el que más tiene es el que más se queja de los precios, mientras otro humilde ciudadano exterioriza alegría con una mano de plátano burro y te brinda un trago de su botella de ron, también cara. 

Yo como siempre, precavido o tacaño, como quieran mirarme, la recorro completa antes de comprar. Pero aun así después que había adquirido este domingo dos libras de tomates pequeños y verdosos en 280 pesos, me castigó un pregón: “arriba a cien pesos mi tomate que me voy”. 

Algunos productos están más baratos que en las ferias por el fin de año, lo que es normal, a medida que nos adentramos en la etapa de invierno.

Cebolla no compré porque sé que pronto tiene que bajar de precio, el pepino a 25 pesos la libra hace tiempo no lo veía, y la carne de cerdo ni la miré, porque no soy masoquista. 

Me alegró mucho saludar a mi colega y amigo recientemente jubilado Rigoberto Rodríguez, a quien le debo poder atender como reportero la agricultura por casi cuarenta años. Rigo retornó a la semilla tras heredar la tierra de su mamá y hoy entrega su leche al estado como buen campesino, a su precio oficial, muy alejado del que se vende en la calle.  

A otros amigos de la radio como Juanito y Lovelys los veo cada domingo como concurrentes, porque tuvieron la astucia de percatarse a tiempo de que en la Cuba de hoy es totalmente lícito y casi imprescindible buscarse otras fuentes de ingreso adicionales, aunque yo apenas le compro rabanitos. 

Me dio alegría también recibir el abrazo con el afecto de siempre de Osnay Miguel Colina, el primer secretario, recorriendo la feria junto a su compañera, como uno más del pueblo. Y les aseguro que sus jabitas llevaban productos de los menos caros como las mías. Él sabe cuánto nos aporta poder verlo todo con nuestros propios ojos sin intermediarios, lo bueno, lo regular y lo peor, lo hecho y lo que bien pudiera hacerse y no se hace.  

Claro que la Feria del Sandino no es la misma de los años 90 y comienzos de siglo, que los visitantes habaneros calificaban como la mejor de Cuba. Pero sigue siendo una hermosa tradición de Santa Clara que vale la pena defender y perfeccionar cada día más. Y quién sabe si un día vuelve a ser la mejor del país.