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Lo que no puede faltar jamás, y de eso tengo infinitas pruebas, es la voluntad de nuestros campesinos de imponerse a los obstáculos, de los hombres y de la naturaleza.
Foto: Archivo

Un oficio de grandes riesgos 

Jesús Álvarez López

Domingo, 10 Agosto 2025 08:35

Lo que no puede faltar jamás, y de eso tengo infinitas pruebas, es la voluntad de nuestros campesinos de imponerse a los obstáculos de los hombres y de la naturaleza.

No hay muchos oficios de mayores riesgos que el de productor agrícola. El gran científico Dr. Sergio Rodríguez Morales, gustaba de aclarar la mente a quienes afirman que solo de lanzar unas semillas a un basurero brotan hermosas calabazas. No todo es tan simple. Lo recuerdo cuando afirmaba que apenas un aguacero de madrugada obliga al campesino a cambiar la planificación de trabajo del día. 

Los que no conocen la agricultura ven justificaciones en verdades palpables. Ahora mismo, acabo de ver con mis ojos el maíz y la yuca doblada sobre el piso en la finca de autoconsumo de la delegación provincial de la agricultura como consecuencia de una tormenta local, cuando soy testigo de la incansable consagración de sus trabajadores, Ener, Betún, el Chino, entre otros.

¡Pero cómo iba a pensar el laborioso campesino Angelito Chaviano que este año prácticamente sin primavera se secaría el manto freático allí en su finca varios kilómetros después del aeropuerto y donde aspiraba a producir más de cien quintales de arroz apenas pudo lograr 6 ó 7!  

Aunque el frijol demanda poca agua, quien lo siembra de secano en septiembre, puede perderlo todo si no le llueve al florecer y cajetear, como tampoco cuajan los granos de maíz si el agua le falta al cultivo en la hora cero. 

No, producir alimentos no es coser y cantar. Tampoco se dan cuenta algunos de que el actual desorden en la comercialización en que comprando y revendiendo cualquier producto agrícola sin riesgo alguno se logran mayores ganancias, incide en la falta de brazos para producir. 

De todas formas concuerdo en que debemos distinguir la verdad de la justificación, porque también recuerdo cuando el huracán Kate devastó los semilleros de tabaco en noviembre de 1985, se volvieron a echar y los vegueros de Villa Clara implantaron el record de producción de tabaco vigente 40 años después.

Lo que quiero decir es que la producción agrícola además de insumos imprescindibles, consagración, disciplina tecnológica, necesita también de un apoyo adicional no menos importante de la naturaleza. Y cuando las lluvias benefician a un cultivo daña a otros.

Lo que no puede faltar jamás, y de eso tengo infinitas pruebas, es la voluntad de nuestros campesinos de imponerse a los obstáculos de los hombres y de la naturaleza.