Situada junto al ingenio José María Pérez, de sus fértiles tierras brotan diversos renglones, como si fuera un manantial inagotable de producción agrícola. Pero la verdadera magia está en las manos prodigiosas de Maikel, que como si fuera un Rey Midas de la actualidad, todo lo que toca, en oro se convierte.
—¿Cuántos cultivos tienes hoy sembrados en la finca?
«En estos momentos tenemos en la finca plátano, yuca, garbanzo, dos hectáreas de papa, col, tomate, ñame. En el caso de la papa es primera vez que la siembro y por las pruebas que se han hecho va a salir muy buena».
—Estoy aquí con el ingeniero Alfonso Gil Padrón, quien está al frente de ese cultivo en Villa Clara, y coincide que es la mejor que hemos visto en varios días de recorrido.
«Yo nunca la había sembrado, pero todos los conocimientos que ellos me han transmitido, todo lo que me han indicado, lo he hecho al pie de la letra, y me están diciendo que pudiéramos lograr más de 25 toneladas por hectárea».
—Para que el lector tenga una idea, digamos que en la campaña anterior Villa Clara promedió a 10 toneladas por hectárea. O sea que estamos hablando de más del doble.
«Con todo el empeño que le hemos puesto a esta papa, quién sabe si nos llega a 30 toneladas por hectárea. Y si este año tenemos buenos resultados, y contamos con la semilla, pudiéramos sembrar 3 ó 4 hectáreas en la próxima campaña. La papa es muy beneficiosa para el pueblo, porque llega en un momento en que escasean el resto de las viandas.
—Además, la papa cuenta con un paquete tecnológico lo que quiere decir que te fertiliza el suelo para los cultivos de rotación.
«Es así, al final, ya esas tierras que sembramos de papa nos quedan abonadas para el otro cultivo que sembremos, que en mi caso pienso sembrar boniato aquí cuando la coseche, que también en un ciclo corto, da mucho rendimiento y mucha producción».
—De todas maneras, por alto que sea el rendimiento en la papa, no vas a dejar de sembrar el resto de los cultivos.
«No, qué va. Vamos a seguir sembrando de todo, incluso ñame, que ya tenemos de hecho mil 500 montones sembrados y vamos a seguir sembrando. Y estamos embullados inclusive a sembrar también tabaco en la campaña próxima».
—Y el relevo está asegurando, van creciendo los brazos de Enmanuel.
«Sí, cuento con buenos brazos en la finca, entre ellos los de mi hijo Enmanuel que me ayuda mucho, tiene mucho interés y yo lo voy enseñando para que sea mi seguidor aquí en la finca».
—De la primera vez que yo llegué a esta finca a hoy, has crecido bastante. Ya se te puede pedir más.
«No solo se me puede pedir más, ya estoy dando más. Como te dije la otra vez, voy a hacer el máximo esfuerzo para que la finca de mi padre no decaiga nunca, que cada día salga de ella más producción».