Desde el amanecer, Encrucijada vistió de flores y recordación. Estudiantes de todas las enseñanzas, acompañados por sus maestros, trabajadores, combatientes y las principales autoridades del municipio, participaron en la tradicional peregrinación.
La actividad, que marcó el cierre de la jornada Camilo–Che, y desde el Instituto Preuniversitario Urbano Miguel de la Guardia, la FEEM encrucijadense alzó su voz y destacó que el ejemplo de aquellos hombres no pertenece solo al pasado, sino que inspira la vida diaria de cada cubano:
«La jornada no culminó en la Quebrada del Yuro, ni en aquel trágico accidente del 28 de octubre de 1959. Esa solo fue una etapa. Su verdadera culminación sucede cada día. Culmina en el estudiante que levanta su voz por la justicia. Culmina en el médico que salva vidas en un rincón olvidado. Culmina en el obrero que construye con orgullo. Culmina en el joven que lee, que piensa, que no se rinde. Culmina en nosotros, cuando elegimos la solidaridad ante la indiferencia y la valentía sobre el conformismo».
Así, los encrucijadenses rindieron tributo al Héroe de Yaguajay, símbolo eterno de la lealtad, la valentía y la esperanza de un pueblo.
