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El debate económico que nos está faltando en tiempo de crisis

Ramón Ávalos Rodríguez

Sábado, 21 Septiembre 2024 08:31

Sin dudas, ante la complejísima y dura realidad a que se ha enfrentado el país durante el 2024, en la población y en los más diversos espacios han aflorado asuntos asociados a la cotidianidad.

En tales contextos, se hace referencia, por ejemplo, a la estrecheces de alimentos y de medicamentos, a la falta de transporte público, a las insatisfacciones con la bancarización, la tasa de cambio, a la disparada inflación o precios abusivos, a los apagones, a los hechos de corrupción y de ilegalidades, a las ofertas de un mercado en franco desafío con los anhelos de justicia y equidad social, entre otros.

Y en medio de todo eso, aprovechando, no faltan comentarios irónicos, los cuestionamientos y la exposición de puntos de vista, a veces lejos de una manera que no aprecian el peligro y con explicaciones confusas.

Y como buscando una suerte de defensa, como alguien escribió, todos vuelven la vista hacia los economistas, pidiendo, exigiendo explicaciones, soluciones, pócimas secretas, conjuros y no sé cuántas cosas más, ante la urgencia de encontrar salida a la crisis.

En el debate económico cubano actual hay temas estratégicos que incumben a todos y también hay temas técnicos que son parte del quehacer de especialistas y de aquellos que se desempeñan específicamente en la actividad económica.

Déjenme decirles que hacer economía en un país como el nuestro, sometido a un cruel y despiadado bloqueo que, con frecuencia obliga a colocar con la mano, y según urgencias, la escasa divisa y recursos disponibles, se convierte en una pesadilla para los que tienen ese encargo de administrar y gobernar.

A nuestro parecer, aun cuando hay espacios para el debate económico no son suficientes, amén de lo que ocurre en las redes, donde participan personas que, de forma abierta o encubierta, quisieran empujarnos en la dirección que quieren nuestros enemigos: reconstruir un capitalismo excluyente y dependiente y la consecuente pérdida de la justicia social y de la soberanía nacional.

Por tanto, se impone potenciar el buen debate económico desde la óptica de nuestra realidad actual y lograr ese espacio es vital para evitar que el adversario ideológico erosione el consenso necesario en los asuntos de mayor importancia y eso nos está sucediendo ahora mismo.