Cada 10 de septiembre se conmemora en Cuba el Día del Trabajador Social, una fecha que rinde homenaje a la visión fundacional del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien en el año 2000 inauguró el primer curso de formación de estos profesionales. Los trabajadores sociales son pilares en la detección y solución de problemáticas comunitarias, ya que buscan activamente potenciar las fortalezas del entorno para generar mejoras tangibles en la calidad de vida de familias y comunidades.
Lianet Cárdenas Abreu, trabajadora social quemadense con más de veinte años de servicio, compartió con nuestra emisora su perspectiva sobre el impacto de esta profesión en la sociedad:

«Desde los inicios ha sido muy importante porque hemos llegado a todas las comunidades, a todas esas personas, a esos sectores más vulnerables. Somos quienes estamos encargados de ayudar logísticamente a esas personas vulnerables en todos sus problemas, en todas sus necesidades; les brindamos ayuda emocional y los ayudamos a gestionar sus problemas».
Cárdenas Abreu evocó al Comandante en Jefe al recordar sus palabras cuando delineó el deber sagrado de estos profesionales de «demostrar todo lo que puede hacer una sociedad justa, solidaria y verdaderamente humana», al tiempo que enfatizó la esencia humanista de su labor.
Para elegir esta profesión, según su experiencia, «primeramente, hay que sentir una vocación humanitaria. Tenemos que ser empáticos con esas personas que tienen una vulnerabilidad. Tenemos que ser humanos, personas sensibles, porque nos basamos fundamentalmente en ayudar a aquellas personas que no tienen recursos ni facilidades para gestionar sus problemas».
Lianet también transmitió un mensaje de compromiso y vocación a los futuros profesionales del trabajo social que hoy se forman en las aulas:
«Para las nuevas generaciones que se están formando, mi mensaje es que amen su profesión, que no pierdan nunca el sentido de ser humanos y que, a pesar de las dificultades que puedan ocurrir en el camino y que se les presenten, nunca dejen la sensibilidad y la humanidad por ayudar a aquellas personas más necesitadas».
Los “médicos del alma”, como los llamó el Comandante en Jefe Fidel Castro, dedican su esfuerzo diario a transformar las condiciones de vulnerabilidad. Su incansable labor busca ayudar a quienes lo necesitan a superar las adversidades y reintegrarse plenamente a la sociedad.