A todos los oyentes de CMHW, muchas felicidades en su día. Y por estar acompañándonos siempre.

Todo artista, en cualquier arte, reconoce o al menos, debe reconocer por sus propios intereses, crecimiento y alcance, la trascendencia de su público, según cada arte y contexto, entre otras mediaciones. En las artes mediáticas particular relevancia demuestra, por la masividad y por tanto, máxima diversidad de, en este caso, los oyentes radialistas, porque no cabe duda alguna que invariablemente, conforman parte a menudo integral y decisiva de la obra en cuestión, sobre la que cada sujeto receptor hace sus propias interpretaciones y hasta versiones que multiplican y modifican para bien o para mal o simplemente, modifican, la imagen del producto hasta derivar la obra que quedará (al menos relativamente) en el imaginario social, lo cual es intrínseco a todo proceso en las relaciones distintivas en toda su variedad casuística, objetos o sujetos de inspiración-sujeto creador-objeto obra creada-sujetos públicos-obras recreadas por cada sujeto del público-nuevos públicos en nuevos contextos… y así sucesivamente, que trasciende de unos a otros incluso durante generaciones según todo tipo de mediación, sobre todo al ser tan masivamente expuestos a trascender culturas, idiomas y hasta épocas.
De hecho, los radialistas desde sus mismos gérmenes, siempre han tenido la sana, lógica e imperiosa necesidad de conocer quiénes los oyen, e incluso interactuar con ellos, sin lo cual la radio, como el proceso que es toda comunicación, se enrarece.
No en balde, desde su fundación el 13 de febrero de 1946 y una y otra vez verificado el impacto fundamental en sus grandes confrontaciones a que se sometió con la radio aquel convulso mundo en menos de su primer medio siglo, y por tanto la urgencia de su estudio minucioso especializado mediante lo que hoy se llama Comunicología y se estudia en Comunicación Social, la Radio de las Naciones Unidas se ha preocupado por aquellos a quienes se dirigen o a quienes se quiere dirigir y se requiere que dirija sus mensajes y valorar su recepción casuísticamente, preocupación y ocupación que aumenta desde el año 2011 en cada Día Internacioal den la Radio.
La Unesco nos ratifica que actualmente, los oyentes cada vez más activos, se hacen oír, sobre todo en el contexto actual de redes sociales en el ciberespacio y novedades como el podcast que en América Latina ya cuenta con 135,2 millones de oyentes, liderados por Brasil con 51,8 millones, México con 27,5 millones y Argentina con 10,4 millones, y en nuevos espacios y formas de llegar a las más jóvenes generaciones. En España por ejemplo, hay comunidades donde los oyentes han celebrado el Día Mundial de la Radio desde sus casas.
En 2002 en Argentina, por Radio FM Bunker 91.9 estación de radio insignia de la ciudad de Santa Clara del Mar en la provincia Buenos Aires con costa al Océano Atlántico, Pablo Martín propuso celebrar un Día del Oyente con sus radioescuchas, y los convocó a que todos llamaran a las radios de Buenos Aires y se proclamara el 7 de marzo como Día Internacional del Oyente, lo que el diputado cegestista (CGT: Confederación General del Trabajo) Omar Plaini (representante del FpV, Frente para la Victoria, de orientación kirchnerista fundada en 2003) tramitó a la Cámara de Diputados de la nación, que lo aprobaría por unanimidad.
En Cuba hace exactamente 21 años, el 19 de marzo de 2004, y coordinado por la Dirección de Comunicación de la Radio Cubana, en la emisora Radio Cadena Habana se realizó el primer acto con los oyentes, por lo que el 19 de marzo de 2017 (hace ocho años y previo acuerdo en el Consejo de Dirección de la Radio Cubana, conmemorando ese día aquel primer acto del año 2004) como parte indispensable de la campaña ese año por el 95 aniversario de la radio cubana, con lo que en la emisora Radio Progreso quedó instituido el “Día del Oyente y la Familia Radialista” (pues como familia ya se entendía, magia posible solo por la radio) como fecha nacional. Era justo e imprescindible para el Centenario de la Radio Cubana, a celebrarse cinco años después, en agosto de 2022: sin su razón de ser: sus oyentes, perdía sentido toda radio.
En verdad, el encuentro y recepción de los oyentes en sí no era tanta novedad; lo genuinamente novedoso era la conciencia e intención explícita de reconocer el valor protagonista de los oyentes en el proceso de creación-recepción radialista, puesto que desde décadas antes, era inevitable que según las condiciones de cada emisora y estudio, no se pudiera contener a los tantísimos interesados de su público fiel y apasionado que demandaban devenir más participativos de aquellas obras, personajes, artistas y creadores en general en tan magnético proceso, incluso a grado tal que sus risas, gritos y otras exclamaciones y hasta comentarios, a veces se oían también al aire integrándose en la dinámica de la obra en cuestión con resultados a veces tan satisfactorios que quedarían tanto para radio como para televisión en las risas grabadas, a menudo infelizmente por la falta de autenticidad; pero desde mucho antes, no pocas de aquellas sedes se concebían ya con, o implicaban de una u otra forma, salas teatrales que heredaban de las artes afines antecedentes, u otros espacios donde podían recibir a sus seguidores que desde antes pretendían compartir más de primera mano y aun en las afueras, las vivencias del proceso radial que acontecía en el estudio y que tanto les interesaba.
Muchas de aquellas salas han devenido espacios para otras presentaciones más allá del hecho radial pero por supuesto, ya consustanciales entre sí, lo cual potenciaba mucho más el fenómeno artístico en cuestión y enriquecía al infinito a la radio, que de una manera u otra aprovechaba tal coyuntura, al menos con el prestigio y fama generados por su creciente popularidad que podía redundar en su comercialización y sostenimiento consecuentes, lo que se evidenciaba en quienes a menudo, rebosaban los espacios en cuestión, al punto de no caber en el recinto habilitado y dejar casi como tarea, el sano sabor de buscar nuevas soluciones para satisfacerlos a todos.
En Cuba, al menos con esta feliz y justa iniciativa conmemorativa de celebrar el Día del Oyente y sus convocatorias a estos actos conjuntos, desde entonces, estamos sistematizándolo cada 19 de marzo; Radio Progreso realizó su primer encuentro en 2019, y retomó la iniciativa el viernes 18 de marzo en el estudio Beny Moré. El Panel del Oyente se concibió mediante técnicas participativas que permitían escuchar opiniones de todas las provincias cubanas sobre esta emisora nacional, cuya especialista entonces de Relaciones Públicas Bertha Martínez Agüero, desde el año 2017 aportaba su entusiasmo y vocación poética para resaltar la trascendencia de mantener la constante comunicación con los oyentes, y retroalimentarse con sus opiniones, para perfeccionarse, crecer y mejorar cada vez más.
De tal suerte, entre otras iniciativas al Centenario de la Radio Cubana, el 8 de marzo de 2022 celebraron el Día Internacional de la Mujer, compartiendo una jornada cultural con el proyecto comunitario “Añorado Encuentro” en Eterna Juventud, sita en Villegas entre Sol y Muralla, del barrio Belén donde este proyecto con sus muy buenos vocalistas, transformistas y teatristas de esa comunidad en el municipio capitalino Habana Vieja, fue tan bien acogido. También se insertaron en la “Tarde del Bolero”, en el museo La Casa de la Obra Pía, donde desplegaron una acción similar dirigida a la “casa de los abuelos” y otros miembros de la comunidad, con vistas a que se reconozca su música patrimonial tanto en Cuba como en México.
En 2020 la periodista María Regla Figueroa Evans dio fe de quienes llegaron por esta nueva celebración al estudio 2 de Radio Progreso desde varios municipios capitalinos, así como desde la vecina provincia Mayabeque.
El 17 de marzo de 2023 se celebró otro Panel del Oyente en Radio Progreso, conducido por los locutores Iris Sobeida y Miguel Sierra, de nuevo en el estudio Benny Moré, que en esta ocasión se proyectaría en las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, a través del sitio web de dicha emisora, y el domingo 19 de marzo, se les dedicó a los oyentes (en verdad siempre se les dedica, estos y todo espacio radial) a intercambiar con los locutores profesionales de los dominicales dirigidos por Teodoro Herrera Acosta con sonido por Justino Rodríguez y Augusto Torriente Maure, la revista RP 105 (6-7.57 am) con los locutores Flor Amalia Lugo y Himmy Elieser Escalona, e inmediato a continuación, la Discoteca del Ayer (8-9.57 am) con la locución de Víctor González y Medina, e integrando ese día en ambos programas las voces de fieles oyentes como Susana Barreto, Daysi Nuño, Sonia Medina, Caridad Fowler, el matrimonio de Salvador Calzada y Clara Díaz, el de Nereyda y Ezequiel, entre otros.
Pero como ya decía, aun cuando fueron los citados los que incluyeron a oyentes en vivo, toda la programación de esta y todas nuestras emisoras se les dedica siempre, y sobre todo estos días, de una u otra forma lo referían: en Radio Progreso entonces, el otro dominical era Todo con Progreso (2-5.28 pm) dirigido por María Antonia Castro con los locutores Geordanis y Marian Revilla, y al sonido Luis Posada e Israel Aguilar, y de sus otros programas de lunes a sábado, dirigidos por Julio Simón Villazuso: A primera hora 5.30-7.58 am, co-dirigido con Himmy Eliecer Escalona y Osmani Díaz Caraballo con los locutores Miguel Sierra, Iris Sobeida e Indira Mayor, y Este es nuestro José Martí escrito por Julio Batista (6.55-7 am) con el actor Alfredo González y conducido por María Isabel Machín; de 8 a 10.28 am un clásico de toda la radio cubana: Juventud 2000, dirigido por Juan C. García del Vallín y conducido por Arletty Roque Fuentes y Manuel Martínez Tamayo, que los domingos sale de 10 am a 12-20 pm; y le sigue excepto los sábados y domingos, de 10.45 a 11.10 am, otro clásico: Tu novela de amor, dirigida por Yumaris Cruz con la narración de Luis Ángel Alarcón y asesoría de Aida La O; de 11.45 am a 12 del día RP Noticias dirigido por Adrián González con los locutores Manuel Martínez Tamayo e Irma Yurima Garrido, y al sonido Ramoncito Miranda y Leonardo Machado; y Clave 8.30 (12.35-12.53 pm, excepto sábados ni domingos), dirigido por Vilky Suárez y asesorado por Lourdes Sánchez.
Y todos los días de 8.30 a 9.28 pm Radio Progreso multiplica sus oyentes con otro gran clásico de nuestra radio que se ha expandido exitosamente a nuestra televisión, regalo que tanto agradecen tradicionalmente los oyentes, como no cesan de demostrar: Nocturno, dirigido por Juan C. García del Vallín con la locución de Marlon Alarcón Santana y al sonido, Israel Aguilar y Augusto Torriente Maure. De lunes a viernes (6.30-7.28 pm) Ventanas, dirigido por Mairyn Palmero con la locución de Yenisel Sánchez y Néstor Esteban Matos, asesorado por Georgina Granda. Yumaris Cruz dirige Agente Especial (7.30-7.48 pm), narrado por Luis Ángel Alarcón y asesorado por Aida La O; y otro clásico muy esperado: Novela cubana (2.20-2.38 pm), narrado por Yanier Beltrán con asesoría de Georgina Granda; de 10.40 a 11.38 de cada noche, Con permiso de la Luna, con la dirección y locución de Maura Morales y asesoría de Marta Susana Prieto; de lunes a sábado, Epigramas (1-1.28 pm), dirigido por José Raúl Belén, con los locutores Manuel Martínez Tamayo e Irma Yurima, y al sonido Ramoncito Miranda y Leonardo Machado; y de 3 a 5 pm, Iris Sobeida dirige la Discoteca Popular, con los locutores Miguel Sierra, Indira Mayor y Argelia Pera, y al sonido Justino Rodríguez.
Los más variados programas en vivo de esta y el resto de las emisoras en toda Cuba (suman 100) han celebrado y celebran esta fecha con la participación de sus más fieles oyentes todos esos días, que en 2023 se extendió del 19 al 24 de marzo, cuando cerraron con un concierto didáctico sobre trova, a cargo de Fidel Díaz Castro, en el teatro con que cuenta Radio Cadena Habana, escenario propicio para la edición especial del programa Antes de las 12, dirigido por Elva Turro, en voz de Dylcia Oquendo, con los controles bajo la responsabilidad de Amaurys Lahera y varios artistas invitados como Enid Rosales, Lester Lez, Daryl y Junior Carol.
Con toda justicia, en el año 2020 Radio Habana Cuba siguiendo la máxima martiana “Honrar honra”, decidió homenajearlos cuando los reconocía publicando: “Si nuestros oyentes están felices, nosotros también”, según aquella emisora pionera de tan digna iniciativa, Radio Cadena Habana. No son pocos los que se han referido a estas celebraciones: por solo citar unos pocos, Valia Valdés y Rosa Blanca Pérez, entre muchos más incluso de radioemisoras provinciales y municipales dedicándose a sus oyentes, a los que Ivón Peñalver calificó como un “orgullo de la radio cubana” (2023) en esta “fecha de compromiso, vocación y amor”.
No es azaroso que entre las más genuinas tradiciones radialistas, que apuntan directamente al patrimonio mediático, haya que incluir los clubes de oyentes por emisoras y hasta por programas, fans de artistas y otras personalidades con sus vivencias, y demás.
Basta la interacción participativa con sus oyentes, para que la radio sepa cómo mejorar todo, al retroalimentarse con sus preocupaciones, motivaciones e intereses, incluso sugerencias y propuestas concretas a menudo insospechadas, muy lejos del mero, facilista y peligroso “pan y circo” que no rebasa del más burdo entretenimiento, sino la esencia que algunos entenderían como “contrapartida”, pero que más allá, los enfoco como partícipes determinantes de la misma partida, la que define su triunfo o su derrota y el camino a seguir para diagnosticar la radio que se necesita porque a la postre la radio, como toda cultura, es medicina para las almas más diversas.
Es un día para los millones que oímos radio, incluidos los que la trabajamos; a tantos y tales oyentes, clasificados activos, selectivos, empáticos o informativos, hay que agradecerles su complicidad, el mayor estímulo que reciben los que hacen la radio, de cuyo brazo profesional, sus oyentes en tanto receptores activos de la radio, jueces exigentes, desinteresados, cómplices, colaboradores con sus cartas y llamadas, sugerencias incluso en las calles al buscar o topar a menudo casualmente con los profesionales, conscientemente o no, también hacen radio, y merecen hoy y siempre, nuestra más cerrada ovación.