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Félix B. Caignet, las múltiples facetas de un hombre radio

Félix B. Caignet, las múltiples facetas de un hombre radio (+Audio)

Beatriz Hernández García

Domingo, 30 Julio 2023 08:35

A Félix B. Caignet llegué por cuenta de ese gran cronista que es Ciro Bianchi. Unas cinco páginas de su libro La Habana de Hemingway y otras historias bastaron para deslumbrar a una chiquilla, asidua oyente de la radio, pero en buena medida ajena al patrimonio artístico de este medio de comunicación en Cuba. 

Luego, las clases de periodismo añadieron un background histórico-cultural a ese acercamiento primero y entendí así la génesis novelera de una isla acostumbrada a exorcizar “amargas” realidades con el melodrama como telón de fondo.

Ahora, frente a la telenovela de turno, han tomado voz y color las lecturas, los pasajes de El derecho de nacer aprendidos gracias a la memoria colectiva y todo el universo anecdótico que circunda a la más paradigmática de las radionovelas cubanas. 

La telenovela El derecho de soñar recrea en sus primeros capítulos aquellos días de oro de la radio y nos devuelve la figura de Caignet interpretada por el joven actor Delvis Fernández. Foto: Tomada de la página de Facebook de la telenovela

De cara a la maestría de Caignet, nuevamente, he podido corroborar la certeza de ese otro grande, El Gabo, cuando redimía al autor frente a un elitismo cultural rancio y castrante y aseguraba que «abrió caminos en Latinoamérica e hizo más que todos los programas de gobierno por llevar a las grandes masas analfabetas un sentido de justicia social».

Y es que, aun cuando suele reconocerse su rol de fundador, Caignet sigue siendo un tanto desconocido o acaso un mito prisionero del éxito de El derecho de nacer. Las alusiones a su obra parten por el lugar común del rating y el fenómeno de masas que paralizaba todo un país en el horario de la novela; y solo colateralmente se refieren al lenguaje, la técnica, y el estilo, responsables de esa «suerte de efecto mágico sobre la audiencia».

Dos poemarios, más de trescientas canciones —algunas de ellas de fuerte arraigo popular como Te odio o Frutas del Caney—, crónicas sociales dispersas en varias publicaciones, trabajos de promoción cultural y de mera divulgación farandulera, nos devuelven en su justa dimensión a este hombre orquesta, que sigue brillando en el decir de nuestra centenaria radio.