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Ciudad bajo palabra: Santa Clara también tuvo su Torre Eiffel (+Pódcast)

Mauricio Escuela Orozco

Jueves, 13 Marzo 2025 19:29

¿Sabías que Santa Clara tuvo su réplica de la Torre Eiffel? Te lo contamos, desde CMHW, en el tercer episodio de Ciudad bajo palabra.

En los recuerdos más gratos de la ciudad de Santa Clara, está la célebre réplica de la Torre Eiffel, que se levantó en la Plaza Mayor como un monumento a una de las figuras cimeras de la historia cubana.

Para conocer las interioridades de este hecho, hay que entender el panorama político de la época y la significación que aquello tuvo en las luchas por la independencia. Para nadie es un secreto la pertenencia de Doña Marta Abreu a la causa mambisa, así como las aportaciones económicas que ella hizo. Una de las mujeres más poderosas de su tiempo, de cuna acomodada, que no dudó en creer en Cuba y en ponerse en función de aquello que la patria necesitaba.

En el año 1895, cuando flotaba sobre la atmósfera la posibilidad de que los cubanos volvieran a la manigua, se estaba inaugurando en Santa Clara la luz eléctrica pública a partir de una planta que se había comprado y que sustituyó la técnica del carbón. El dinero era de Marta Abreu y los lugareños estaban ansiosos por algún gesto que le hiciera ver a la patrona la eterna gratitud.

Conocido era por los locales el amor de Marta Abreu por París, la ciudad luz, por sus monumentos y cultura, y no hallaron una idea mejor que construir una réplica de madera de la Torre Eiffel que estuviese a la vista de todos.

El ingeniero Cornelio Berenguer levantó su obelisco con luces que fue el portento de toda la región. Su altura era de 28 metros y su base de 4 metros de ancho. Se le añadieron 25 mil flores con bombillos de colores incandescentes.

La noche de su inauguración estuvieron presentes Doña Marta Abreu y su esposo. El espectáculo iluminaba la plaza y en los portales de la ciudad ya se conspiraba y se decía de la posición de la dama a favor de Cuba. Era una demostración del espíritu moderno y del progreso de los cubanos frente a un régimen anticuado y fuera de lugar como lo era el colonialismo español.

La prueba de que los cubanos tenían el buen gusto y la posibilidad de brillar con luz propia. Tal fue el cariño que el pueblo de Santa Clara le tomó a esa réplica que muchos se opusieron a que se desmantelara y se enviaron cartas al Cabildo en protesta. Pero las lluvias derrumbarían el obelisco si no se retiraba a tiempo.

Así que la Torre Eiffel fue de una duración efímera. Solo se conserva una foto antigua y muy deteriorada del suceso que de pronto colocó a Santa Clara a la par de las ciudades modernas del mundo y evocó la elegancia y el arte de París, la ciudad que acogía a Doña Marta en sus faenas por la libertad de la isla.

La Torre Eiffel de Santa Clara es uno de los episodios más pintorescos que nos recuerda la pasión de un pueblo por el progreso, así como el agradecimiento a sus hijos más ilustres.