No hay dudas de que la accidentalidad vial en Cuba sigue siendo un desafío significativo para toda la sociedad, con un impacto profundo en términos de pérdidas humanas y también económicas.
En esta publicación analizaremos el comportamiento de estos eventos trágicos en enero del 2025, respecto a igual período del año previo, siempre desde el ánimo de promover la debida responsabilidad en los conductores y peatones.
Al cierre de enero de 2025 con respecto a igual mes del año anterior, los indicadores de accidentes y lesionados reportan una disminución (-87 accidentes, -2 lesionados); sin embargo, el índice de muertes se incrementó. En ello tiene gran influencia la participación de medios de transporte colectivos, en accidentes con consecuencias graves para una mayor cantidad de pasajeros.
Granma, Sancti Spíritus y Las Tunas son las tres provincias con tendencia al crecimiento en el número de los siniestros, y en Ciego de Ávila y Camagüey hay un incremento en el número de los fallecidos y lesionados. La Habana es la única provincia que reporta un descenso en los tres indicadores, en comparación con igual período del año anterior.
El factor humano desempeña un rol crucial en la mayoría de los accidentes de tránsito en Cuba, y las principales causas siguen siendo la falta de atención al conducir, el irrespeto al derecho de vía y el exceso de velocidad.
Además, el consumo de alcohol y el deficiente estado técnico de los vehículos agravan la situación. Tanto es así que el factor humano fue el responsable del 92% de los accidentes, el 98% de las muertes y el 91% de los lesionados en enero de este año.
Persiste la colisión entre vehículos (260 accidentes, 28 muertes, 226 lesionados) como el tipo de accidente más frecuente, seguido de los vuelcos (67 accidentes, 13 muertes, 125 lesionados) y los atropellos (66 accidentes, 9 muertes, 63 lesionados).
El atropello al peatón constituye, por sus consecuencias, el accidente más peligroso. Cada día ocurren como promedio 2 atropellos, y cada 6, fallece una persona. Generalmente coinciden este tipo de accidentes con zonas de grandes concurrencias poblacionales como La Habana, Holguín y Santiago de Cuba.
Este primer mes del año, se reportaron 5 accidentes graves, a razón de uno por semana, que dejaron un saldo de 19 fallecidos y 173 lesionados. El 30% de las víctimas fueron jóvenes entre los 21 y 35 años; y el 10% tenía menos de 18 años.
El 80% de los accidentes tuvieron lugar en zonas rurales en vías con buen estado de pavimentación y señalización, con buenas condiciones climatológicas, todos los vehículos estaban aptos para circular, y en ninguno de los casos el estado técnico fue la causa del siniestro.
La imprudencia de los conductores sobrepasando el exceso de velocidad, inadecuado control del vehículo, conducir en estado de ebriedad —este último en 3 de los 5 accidentes— fueron factores determinantes en la ocurrencia de los siniestros en dicho periodo, entre otros factores que inciden se encuentran el uso de teléfonos celulares, no solo para conversar, sino incluso para interactuar en redes sociales y la falta de cortesía o conducción temeraria, que muchas veces se produce, fundamentalmente por parte de conductores masculinos.
Las motos y los ciclomotores se involucran en el 47,2% de los accidentes y aportan el 35% de los fallecidos y lesionados; en estos casos se sostienen como factor común las violaciones vinculadas al derecho a la vía, las distracciones o adelantamientos indebidos, y las imprudencias por conducir sin licencia. Las provincias con mayores incidencias de estos vehículos son La Habana, Holguín, Granma y Villa Clara.

Cuba cuenta con un marco legal sólido, como la Ley 109 del Código de Seguridad Vial, que regula las normas de tránsito y promueve la educación vial. Y aunque el deterioro de la infraestructura vial y la falta de recursos materiales no pocas veces limitan la efectividad de las medidas que se adoptan, se han implementado acciones de prevención y enfrentamiento, como campañas de concienciación y controles más estrictos en las carreteras. También se ha laborado en mejorar la señalización y las condiciones de las vías en los tramos más peligrosos.
A pesar de estos esfuerzos, la reducción de la accidentalidad vial en Cuba requiere un enfoque integral que combine la mejora de la infraestructura, la educación en materia de seguridad vial desde edades tempranas y una mayor responsabilidad por parte de los conductores y directivos vinculados a la transportación de pasajeros.
Solo a través de un compromiso y exigencia colectiva será posible disminuir el impacto de este problema en la sociedad y las familias cubanas.
En enero de 2025 se impusieron 9559 notificaciones más que en mismo período de 2024, de ellas el 94% fueron efectivas y el 41% dirigidas al primer grupo de peligrosidad, sobre todo por no respetar la señal de PARE, no usar los medios pasivos de protección, el adelantamiento indebido, los desperfectos técnicos, transitar en dirección contraria, violar las luces del semáforo y no portar la documentación requerida.
Fueron retiradas 2214 licencias de conducción y se realizaron en la vía pública 15 113 inspecciones técnicas, con detección de deficiencias en el 29% de los casos.
Las cifras, aún alarmantes en ese período, llaman a mantener la vigilancia y protección en la vía. Prevenir y cultivar la seguridad vial es esencial para proteger la vida y la integridad de las personas, tanto conductores como peatones. Al fomentar una cultura de respeto por las normas de tránsito, la atención plena al conducir y el mantenimiento adecuado de los vehículos, se pueden evitar accidentes fatales que causan pérdidas irreparables.
Recientemente, y como parte del trabajo de la Comisión Nacional de Seguridad Vial, se indicó por el primer ministro la realización de un análisis en todas las entidades estatales con la participación de los conductores de vehículos, para reforzar el cumplimiento de lo establecido, proceso que se encuentra en marcha y que supervisaremos de conjunto con el ministerio del Interior.
El cumplimiento del régimen de trabajo- descanso, la actualización de los documentos que avalan la legalidad de los conductores profesionales, así como el rigor en el estado técnico de los vehículos y la disciplina en la vía, están entre las cuestiones indicadas.
Por otra parte, se avanza en la instrumentación de un sistema de trabajo de conjunto con el ministerio de la Construcción y los gobiernos locales, que permita atender la situación de la vialidad en el país y su señalización, con gradualidad, pero con la intención de contener el deterioro.
Asimismo, se ha indicado a todas las comisiones provinciales de Seguridad Vial, acelerar los estudios para implementar medidas organizativas de circulación vial que disminuyan la peligrosidad para peatones, ciclistas y motociclistas.
Se ha previsto la utilización del Fondo para el Desarrollo del Transporte Público como respaldo a estas proyecciones.
Aprovechamos esta publicación para hacer un llamado a todos los conductores a:
- Mantener una velocidad moderada según lo establecido en cada vía, aunque esté apurado.
- Evitar viajes largos por carretera de noche.
- Ser cortés; si alguien está en apuros o necesita interponerse, cédale el paso, no intente ir más rápido; si es una conductora mujer, ayude, evite el estereotipo frecuente de demostrar su masculinidad, sea cortés, en este caso más.
- No utilizar el celular mientras el vehículo se encuentra en marcha. Insistimos, ante la necesidad de usar el teléfono, detenga la marcha.
- Mantener la distancia con el vehículo que le antecede.
- En intersecciones semaforizadas sin energía, cumpla la señalización vertical y horizontal disponible; en su ausencia, detenga la marcha y una vez comprobada la seguridad, continúe con precaución.
- Ante neblina y lluvias intensas, disminuya la velocidad, aumente la distancia y detenga la marcha si fuera necesario.
Solo con una participación consciente y activa de todos lograremos contener este flagelo. ¿Estamos de acuerdo?