La identidad visual llega de la mano de Alfredo Sosabravo. Su obra "El Guateque" —explosión de color y cubanía— se convierte en el rostro de un festival que, como el artista, cumple 95 años llenos de evolución y vigencia.
Roberto Fonseca, director artístico, define el sonido de esta edición con "La Rumba me llama", un tema que tiende puentes entre generaciones y ritmos, donde lo tradicional se reinventa con energía joven.
Con presencia confirmada de artistas de 19 países —desde Europa y América hasta Asia—, el Jazz Plaza consolida su mirada internacional. Un impulso clave: su incorporación a la Alianza de Festivales de la Ruta de la Seda, con el respaldo de China, que amplía su proyección en Iberoamérica y beyond.
Con más de cuatro décadas de elogio a la identidad nacional, el Jazz Plaza demuestra que el jazz es un diálogo constante: entre lo clásico y lo nuevo, entre lo local y lo global. No es solo un festival; es un puente cultural que Cuba le regala al mundo.
