«En una situación como la que estamos viviendo con la caída del Sistema Eléctrico Nacional, el servicio meteorológico nacional mantiene su vigilancia meteorológica, a través de las plantas o de los grupos electrógenos a lo largo y ancho del país.
En el caso de las estaciones meteorológicas, en los centros provinciales o en la propia sede del Instituto, cuando algunos de estos sistemas eléctricos no nos permitan conectarnos, buscamos otras vías alternativas, como la telefonía, tanto celular como fija.
Tratamos de mantener la relación con quien tenga la posibilidad de conectarse y mantener esa vigilancia a través de los radares, de los satélites, porque puede suceder como en este momento que la situación no es compleja, porque sabemos que tendremos la lluvia de la tarde por sistemas que tenemos monitoreados, pero puede ser también un momento con una situación meteorológica adversa, con un sistema que esté amenazando al país o en los alrededores y, por tanto, reviste una importancia superior que la vigilancia meteorológica mantenga la eficiencia que se necesita.
Se trata de mantener la unión entre todos los que tienen acceso a la información, porque llegan a la electricidad o a otra vía alternativa, para poder evaluar cuál es la situación meteorológica que va a estar predominando hasta el restablecimiento de los servicios principales.
Hay lugares del sistema meteorológico donde los grupos electrógenos tienen alguna deficiencia, desde el punto de vista técnico, y cuando no hay electricidad no pueden transmitir el dato por la vía habitual, y entonces nos hacen llegar los datos de esa observación meteorológica en tiempo real a través de otra estación que sí tenga la vitalidad eléctrica, y así nos va llegando la información.
Una buena parte de los instrumentos meteorológicos no necesitan electricidad para funcionar. La cuestión fundamental es cómo el observador meteorológico nos hace llegar el dato hacia los centros que utilizan esa información y la sede nacional, donde se mantiene la vigilancia meteorológica a través de los radares, satélites u otras vías, que sí necesitan de electricidad, y donde se monitorean las principales variables del estado del tiempo. El servicio meteorológico tiene la vitalidad asegurada».