Nacido el 23 de abril de 1952, en Jovellanos, Matanzas, «Popi», como cariñosamente le empezaron a decir en su barrio natal desde niño, se graduó de médico en la Universidad de La Habana, en 1975.
Al terminar la carrera de Medicina, solicitó y obtuvo por vía directa la especialización en Medicina Legal. Incorporado al colectivo de trabajadores del Instituto de Medicina Legal, perteneciente al Ministerio de Salud Pública, ocupó allí diferentes responsabilidades, entre ellas la jefatura del Departamento de Toxicología Forense, subdirector docente y, más tarde, director general de la institución durante 13 años.
En 1995 recibió la misión de viajar a Bolivia, como representante de los familiares del Che Guevara y de los demás combatientes cubanos caídos en ese país andino, en 1967, para dirigir la búsqueda de los restos de los guerrilleros, tarea que asumió con absoluta entrega, pasión, perseverancia y alto compromiso.
La extensa hoja de relevantes servicios prestados por el doctor Jorge González incluye su vital participación en las operaciones vinculadas con el retorno a la Patria de los restos de los más de 2 000 combatientes caídos en misiones internacionalistas, la denominada Operación Tributo; haber dirigido al equipo de búsqueda e identificación de las víctimas mortales del incendio de grandes proporciones acaecido en la Base de Supertanqueros de Matanzas, en el verano de 2022, y las misiones que encabezó en condición de experto en desastres de aviación o de otro tipo, en decenas de países latinoamericanos.
Más allá de su encomiable labor científica y docente en la esfera de la Medicina Legal, el doctor Jorge González cumplió con riguroso celo las diferentes responsabilidades que le otorgaron a lo largo de sus casi 45 años de vida laboral.
Héroe del Trabajo de la República de Cuba y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, el entrañable Popi se caracterizó por su acendrada modestia, transparencia, honestidad, trato afable y fidelidad absoluta a sus principios revolucionarios.
Una vez me comentó que, si tuviera que elegir nuevamente, no lo pensaría dos veces para volver a ser médico legal, dar clases de esa especialidad en un aula, y romperse la cabeza, literalmente, en la investigación de un complicado caso que debían resolver las ciencias forenses.
Con la partida física, a los 73 años, del doctor Jorge González Pérez, la ciencia y la Medicina cubanas ganan un símbolo. Su impronta vivirá siempre entre los cubanos.